Un vistazo al ordenador. "Madre..." Así me nombra cuando lo que me quiere decir es tan importante que le da apuro que se note. "Madre... que ya he acabado". Nos fundimos en un abrazo largo y apretado. Lloré, claro. Soy una llorona. Y en el abrazo largo me sucedió aquello que dicen que sucede cuando la vida recorre tu memoria en unos instantes, como una ráfaga. Un muñeco de ojos verdes que dormía de día y berreaba de noche. "Dale biberón, que apenas tienes leche". Bondad de niño, bondad en la pubertad... siempre un "exceso" de bondad. Que si es zurdo, que si es diestro" "Será inseguro... es un zurdo contrariado" Vaya por Dios. Algunos son especialistas en dar ánimos. "¿Sabes, madre? Cuando era pequeño pensaba que... creía que.... imaginaba..." Todo un mundo alojado en una cabeza menuda y tierna... sufridora también en exceso.
"Temprano madrugó la madrugada..." (Miguel Hernández)
La forja de un joven que desconoce la despreocupación desde que era un crío. Esas pequeñas dosis de frivolidad que son la coma, el punto y coma, la exclamación o el entrecomillado.
"Madre... que he terminado de verdad". Apenas un suspiro y vuelta al discontinuo de verano, desde los 16 años. Y la oposición. Poco ruido y muchas nueces. Y yo, por discreción que he aprendido de este ciudadano, pongo aquí el punto y final de un post que sigo redactando en y desde la intimidad del corazón.
18 comentarios:
Precioso...
Muchísimas gracias...
...Sunsi, entiendo la mezcla de sentimientos que te invaden, así que me quedo sentada aquí, en esta arena tuya, a ver como el mar permanece eterno y constante a pesar de la noche, el día, las lunas y las estaciones. Un abrazo.
Gracias, pesoleta. Eate silencio tuyo, mirando al mar... aunque esté a veces embravecido.. es como un beso tierno y salado. Un beso grande :)
Quise escribir este. "He perdido mis gafas...";)
Muy bonito, sí señora
Gracias, Pater:)
Sunsi, no puedo preguntarte el sabor que tenía esa lágrima (me parece que todas son saldas),y si había algo de sal, puedo intuir porqué...
Debe ser, que participar en la sal de la vida (más si se trata de un hijo) nos hace pensar que hemos "construido" FUTURO, y abrazar eso anda que no es emocionante.
Enhorabuena!!!
Yo comparto tu alegría de un modo muy hondo. Nada llena más.
Hay hijos que son ASÍ de GRANDES,
Sunseta, mil gracias por tus escritos
Un abrazo laaaargo, como tu playa..nuestra.
Debo ser la comentarista más inconformistas de éste recreo...todos te felicitan y te comprenden y yo me quedo dándole vueltas a la frasecita: "...sigo redactando en y desde la intimidad del corazón"
Vamos, que nos perdemos lo mejor de lo mejor y todos tan contentos :) menos yo, jejeje, que quisiera llegar a los entresijos de una madre enamorada de sus hijos.
Y dile a Tomae que se dice SALADAS.
Besos, muchos.
Tus post son como un abrazo directo al corazón.
Valeeeeeee, ya lo sé fungui , lo copiare 100 veces, y con Salero!!!!
Muhos besos, es que si doy besos ,muchos es como si los diera a muchos, y yo con ese tal muchos....mpffff
Una verdadera hermosura, Sunseta.
Verás que vengo con cierto retraso...
Besos.
Tomae, broder... Era más salada que la mar salada. Aunque ya se ha secado, todavía recuerdo cómo se deslizó por la mejilla. Gracias, mi buen amigo.
Querida leonesa. Es esta forma de compartir tan tuya, tan nuestra... y que tanto agradezco. Un beso, Ana.
Martona. Tú lo sabes bien, por experiencia propia. Gracias a ti, abuelísima.
Luisilla. Cuánto he tardado en contarte lo que escribo sin emplear las teclas del ordenador. Perdona. Un verano intenso.... aunque silencioso. Las historias de los míos se solapan y no dejan espacio para la soledad necesario que precisa el blog.
¿Qué es la forja de un muchacho, querida Fuguilla? Lo sabes muy bien. Te lo cuento en un aparte...
Un beso enorme desde Tarraco. Sigo silbando cuando la noche cubre la playa y tengo la seguridad de que llega al Sur... un poco rota, pero llega. Querida, Luisa.
Peor es el retraso que llevo yo en las respuestas a vuestros comentarios, Zambu. Tremendo. Hermosa tú. Un beso, escritora.
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