Hay un orejero en casa. De piel... a pedazos. Una imitación cubre los reposabrazos y el asiento empieza a quejarse de tantas "sentadas". Quizá por eso es mullido y acogedor. Tal vez por eso invita a la confidencia.
De un tiempo a esta parte abraza los cuerpos de almas molidas por el dolor de una ruptura, la lucha por endulzar los combates con hijos adolescentes, la decepción porque un punto de apoyo dejó de serlo sin razón aparente... Cuánto alivia hablar. A menudo ni siquiera para encontrar soluciones... Hablar para vaciar, para convertir una crecida en afluente tranquilo, para corroborar que no estamos solos.
Y uno querría ser... ¡malabarista!, prestidigitador de sueños rasgados. Visto y no visto. Pero todo se queda ahí, en el flujo amable de las palabras; con una cerveza o una bebida helada si aprieta el calor o en un café -y dos- en las tardes cortas de invierno. Envueltas en el humo de demasiados cigarrillos que se disipa cuando abro la terraza... como si el peso de todo lo que aturde se oxigenara con la marinada.
El bálsamo del tú a tú. Que no nos falte.
Dios nos libre de la indiferencia.
Dios nos libre de la indiferencia.
13 comentarios:
Gracias Sunsi por esta caricia de palabras, el mejor empujón para afrontar el día.
Un abrazo.
Tu confín, guau... Gracias, Sunsi
Mariapi, guapa... Gracias a ti. Sé que tú también crees en ese diálogo que alivia y descarga. Un beso enorme, Mater.
Ese oerejero, Ana... Si algún día se tercia, ya sabes. Tuyo es. Un beso, Princesa.
Cta razon Sunsi!
¡Pacita peinadicaaa! Madre qué ilusión verte aquí. Muchas gracias. No sé si llevo razón o no. Pero en mi caso, siempre sucede así.
Un beso, querida amiga detodalavida:)))
A mi me da Sunsi (y que lo digan los que se han sentado allí) que ese orejero; no lo es por él, ni por quién se sienta en él, sino por quién se sienta delante de él...
Buen Domingo Sunseta.
Buen domingo hasta que ha dejado de llover, Tomae. Me había hecho ilusiones de dejar de sudar como un pollo... pero no. Ha salido el sol y las cuatro gotas han servido para ejercer el efecto"plancha de vapor".
A lo,que íbamos. Tú sabes lo que me cuesta mantener la boca cerrada y escuchar sin interrumpir... Y mira que me lo propongo. Así que igual el orejero, tan atrotinado, debe de tener su "aquél". Es de herencia. Viene de la casa del señor del bigote. Tal vez esa es la clave: la genética.
La de tonterías que me haces escribir, company jajaja...
Feliz domingo, Tomae.
Esos sillones se hacen imprescindibles. Gracias a Dios ya hace uno año y un mes que no necesito el tabaco para disfrutar de una buena conversación :)
Cualquier día voy y me siento y hablo jejeje
Besos, muchos
Como bien dices, Dios nos libre de la indiferencia y de sus durezas.
Mejor sin humo, Luisilla... Algún día deberé tomar una decisión al respecto;) Ojalá se diera la oportunidad y departiéramos largo y tendido, querida hedbanna fuguilla.
Un beso pal Sur.
Si la sintieras... lanza un SOS, Zambu. Un beso enorme, querida escritora.
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